Guardándolas desde febrero, hoy volví a encontrarme con el sabor de las galletas "La mere Poulard"; de las pocas galletas que hay allí y no son de Lu...un sabor a mantequilla que no pasa inadvertido, una textura suave y que al llegar a la segunda me gusta mojar en mi cola cao (vienen tres por paquete); esta vez mi taza azul con una carita dibujada está muy lejos, me he tenido que conformar con un vaso normal, pero no, esas galletas y esa taza son las de la noche, las de cenar a las 2 de la mañana y tomarlas viendo monólogos de la Paramount Comedy en el portátil...solo pude traer este paquetito que encima quedó roto.
Se me ha hecho raro comerlas aquí, solo el abrirlas ya me hizo recordar el flexo con las paredes blancas y el plato de seguramnt alguna hamburguesa de boeuf al lado, mi mantelito azul con migas y la superjarra artística que hacía q quedaran dos chorros de agua al poner mal la tapa... Saber que si me comía las galletas es pq staba relajada, mejor dicho, que me daba todo igual, y a la mañana siguiente no m iba a apetecer madrugar, podía permitirme acostarme a las tantas...
Es un recuerdo demasiado agridulce, no sé de cual de los dos peca más...
y sí, lo sé, sólo son tres galletas...
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